El salmón nada contra la corriente para desovar. Eso le asegura la supervivencia de su especie.
Hay pocas personas que imitan al salmón. La mayoría -como siempre- prefiere seguir el flujo de la corriente para sentirse contenidos por el grupo de las mayorías. Es muy riesgoso ser un salmón.
Por otro lado la Revolución francesa proclamaba la igualdad y la fraternidad, pero no incluía a las mujeres.
La hembra salmón no hace revoluciones. Solo hace su trabajo ejemplar.
Eso hace Dopler todos los días del año. Un trabajo ejemplar. Difunde diseño para un mundo mejor.
Ronald Shakespear