Maximiliano Vernazza

"Warld Cup": la desigualdad oculta tras el Mundial de fútbol

Por Marcela Mazzei diario ClarínUna exposición con imágenes que muestran la trastienda del campeonato celebrado en Brasil.Es el resultado de un proyecto colectivo en el que participaron 30 fotógrafos de distintas nacionalidades.La percepción del tiempo es así. Para quienes vieron cómo la gloria deportiva se les escurría entre las redes del arco propio, la Copa del Mundo sucedió hace mucho tiempo, aunque sólo hayan pasado unos meses. Para una legión de fotógrafos documentalistas, atraídos por la trastienda del evento con sede en Brasil, el Mundial 2014 sigue vivo. Está presente y recorre el mundo en Warld Cup, una exposición fotográfica con trabajos de más de 30 artistas reclutados por la misma curiosidad: la contradicción entre crítica social y pasión que enfrentaban mientras los fanáticos llenaban los estadios. Hasta el 29 de marzo, se exhibe en la planta baja del Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543).
Destrucción. La construcción de los estadios provocó la demolición de zonas de viviendas. Tem Morador
Destrucción. La construcción de los estadios provocó la demolición de zonas de viviendas. Tem Morador

El nombre de la muestra, un juego de palabras entre war (guerra) y world (mundo), fue el equipaje con que Sebastián Gil Miranda llegó a Brasil. Fotógrafo argentino nacido en París, cuenta que su idea de hacer un trabajo individual cambió una vez allá: “A cada paso conocía colegas que tenían el mismo objetivo y me pareció más interesante hacerlo colectivo”, cuenta el director del proyecto, que emprendió junto al brasileño Dinho Moreira y su pareja, Elsa Brugiére y del francés Thomas Belet. Lanzaron una convocatoria y a medida que avanzaba el fixture fueron sumándose profesionales.

“El día de la inauguración en San Pablo hubo una manifestación a seis cuadras del estadio, con una fiesta”, cuenta Gil Miranda. Allí se proyectó el documental brasileño “Dominio público”, que muestra las protestas durante el año previo. “Fue peor antes de la Copa –cuenta–, porque para entonces ya estaban amedrentados por la represión, pero también por la ilusión del penta campeonato”. En la calle, al compartir una cerveza o un churrasco, conversando con un camarero, la disconformidad lo teñía todo. “Muchos brasileños preferían que saliera campeón Argentina para que se pusiera más de manifiesto todo lo negativo”.

Los ejes del malhumor se convirtieron en líneas de trabajo para el proyecto. Una casa de dos plantas con las medianeras derruídas por una demolición que la amenaza (del Colectivo Tem Morador, de Brasil), muestra con potencia la realidad de muchos desplazados: allí donde se levantaban sus casas, la FIFA necesitaba un estadio. O la escena del colectivo argentino M.A.F.I.A., en la que se puede ver un televisor plasma instalado en el canasto de una bicicleta de venta ambulante, frente a tres reposeras en las que tres hombres disfrutan de un partido. Las desigualdades, en definitiva, manifiestan el motivo principal de las protestas: la malversación de millones destinados a estadios sobrevaluados.

La línea curatorial –según Gil Miranda–, buscó lo que está detrás pero no de manera literal. “Al principio, recibimos material amarillista, imágenes que iban a lo crudo”. Y aunque las motivaciones y escenarios son comunes, conforman la muestra trabajos tan variados como artistas. Hay una fuerte presencia de colectivos de fotógrafos que funcionan como medios independientes; especialistas en manifestaciones o con acceso a las favelas. El de Daniel Marenco, fotorreportero del diario Folha de Sao Paulo, es un caso particular, ya que además de su trabajo oficial se hacía tiempo para retratar el otro lado.

Warld Cup se expuso por primera vez el día de la final en una plaza, en medio de otra manifestación con fiesta a ocho cuadras del Maracaná. “Se dio un momento –relata Sebastián Gil Miranda–, en el que policías y manifestantes hablaban de fútbol, hasta que se empezaron a movilizar: había hasta diez policías por manifestante, muy armados. Encerraron a la gente en la plaza; mientras, con un grupo, logramos rescatar las fotos de adentro y salimos corriendo”.

Desde entonces, la muestra recorrió prestigiosas salas de Brasil, como el Museo de Arte de Río de Janeiro (MAR) y El Parque de las Ruinas. En los próximos días Gil Miranda y Frederick Bernas (ver recuadro) regresan a Río a ver qué pasó con muchas de las historias que conocieron en junio pasado. Después de Buenos Aires, irá a Toulouse, Francia. Y regresará a Brasil, en función de los Juegos de 2016, cuya villa olímpica copia las desprolijidades de las obras de 2014: utilizaron el evento de excusa para ganar terrenos valiosos. w

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