En el tiempo presente de la comunicación, donde no hay 360 si no se llega al móvil, hemos podido corroborar que en la cima del contenido está el audiovisual. Hablo de ese video simple o complejo, que aún sólo con unos cuantos rótulos destacados nos va guionando una historia, que puede incluso estar elaborado únicamente a partir de fotografía, sin locución, pero jamás sin música.
La música propone y potencia ese nivel emocional con el que necesitamos comunicar; es ese fuerte y directo elemento semiótico que genera un sentimiento instantáneo en el cual se apoya la campaña para completar su objetivo. Podría asegurarles que las cifras más altas de recordación están ligadas a un sentimiento, cierren los ojos y piensen en alguna pieza que recuerden: seguramente allí habrá un sonido, una melodía o la música de un género específico que vendrá a su mente. Además, puedo decirles que hoy en día la publicidad es más emocional que nunca.
Ahora bien, el efecto de conectar el mensaje sonoro con nuestro target es una conexión de empatía, que en términos del sonido, bien podríamos llamar resonancia. Cuando esa empatía sonora logra vibra en la fibra del receptor incide en la recordación o incluso llega a ser el tan anhelado 'call to action' a la hora de vender.
Ese poder emocional del música, muchas veces tildado se subliminal y el imaginario que en general propone el sonido serán motivo de análisis en esta columna. Conmover, agitar, hacer reír o llorar, generar ímpetu, sugerir ironía, hablamos aquí de ingredientes sugestivos que seguramente están escritos en un guion o se completan en una bajada. Hablaremos de los elementos constitutivos, de los parámetros para conceptualizar desde el audio, de las diferencias y las similitudes con otras disciplinas que intervienen en la proyección de una marca como el diseño, el tono, la fotografía, la dirección de arte, pero en el contexto sonoro. También hablaremos de las buenas y malas prácticas, de las fórmulas y cómo romperlas, de los estándares técnicos o de la mejor manera de lograr una locución. Incluso, de las pautas sonoras que podemos encontrar en un brief. Cómo suena una marca, o incluso, un candidato.
Por último, si ustedes son un músicos, productores o ingenieros de sonido, tal vez lleguen al punto de estructurar toda una campaña empezando por lo que el sonido pudiera tener para decir. Eso no es una locura, porque a mí me pasa todo el tiempo, hablo de brifear desde el audio. Es posible y además, muy efectivo.
Una aventura para la que Dopler, Agencia de Noticias de Diseño, hoy abre la puerta. Entonces bienvenidos todos (as), y por supuesto, nos escuchamos pronto.